El culo dice mucho. Sobreactúa, se menea puta. Un chico la mira por la ventana con deseo. Todos los músculos están comprimidos en los tejidos. La mujer le pilla espiando y le agarra de la oreja arrastrándole hasta dentro. Ha sido un chico malo, ambos lo saben. Las tetas de la tía ocupan el plano ante la mirada juvenil del chico. El castigo que le espera será memorable. Le frota, le coge por la pechera, le pone cachondo, se ponen vibrantes y entregados los dos. La toma las tetas, se las manosea y babosea con rudeza. Pero también es su bebé y le desnuda maternal, le agarra el pene y se lo mete en la boca.
El chico gime sin aire, no se lo cree. Le toma la polla, se la escupe, se lo traga, la agita con firmeza y cariño. La mamada está siendo prodigiosa. Él, por fin recuperado, toma conciencia y la agarra de la cabeza para dirigir las introducciones bucales. Y sigue con el pene, ahora entre las prominentes tetas de la tía, aprovechando el exiguo hueco que hay entre ambas, para metérsela en lo que se denomina "cubana". Se escuchan palabras cachondas y bizarras en inglés, se ponen porno de verdad. Los movimientos son bruscos e imprecisos, son de ansia y de placer. Para ellos es un polvo, para mi, porno serio.
lunes, 8 de marzo de 2010
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