Una mujer madura pelirroja quiere ser follada. Ya no es tan joven y atractiva, pero le da igual, ella viste con faldita y medias de niñita. Está cachonda y sujeta sus tetas y curvas en una camisa pequeña. Llega a una habitación, dónde su joven novio se esconde tras las sábanas en una falsa siesta. Le despierta, y él se queja porque es temprano. Cuando ella le coge la polla y se la mete en la boca, cambia rápidamente de idea. La cara del chaval es un libro vacío, un desayuno completo. La mujer no aguanta porque la boca le arde, se aparta las bragas y le monta como cuando tenía 20 años. El hombre le aprieta las tetas como si quisiera sacar leche. Los gemidos inundan la escena. Cambian de posturas y la penetración es cada vez más satisfactoria, el tipo se emociona, la quiere atravesar. Ella termina sudando y desaliñada, le ha pasado un huracán por el coño. Al final espera ansiosa la leche, y se la unta por todo el pecho y el vientre. No ha parado de sonreír.
viernes, 12 de marzo de 2010
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