Estamos en una fiesta. Llevo un par de copas de más, pero lo que veo es cierto, la morena se está metiendo los dedos en la boca mientras pone esos ojos entreabiertos de cerda y luego se los lleva, húmedos y nerviosos al minúsculo pantalón de lycra negra. Una detrás de otra, sus amigas me ponen la misma cara. Una de ellas se atreve a bajarle las braguitas rosas a su amiga para hacerle un cunnilingus en la vagina tatuada. A su alrededor, las otras le soban las tetas. Morena contra morena. Boca de fuego contra fruta exprimida. Pero nadie se queda sin nada, la que chupa, es azuzada por detrás tirándole del hilo del tanga hacia arriba. Se tocan con deseo, se pelean en la frenética lucha por darse gusto todas contra todas. Voy como volando por debajo de sus faldas viéndoles el coño y los culos menearse. Es una orgía de mujeres ebrias y cachondas con exceso de fluidos y ganas de disfrutar. Son jóvenes, les esta permitido estos excesos.
domingo, 14 de marzo de 2010
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No es lo normal, pero hay veces que los deseos o mejor dicho, las fantasías, se pueden hacer realidad en el mismo momento en que uno piensa en ellas.
ResponderEliminarMás difícil aún si cabe, es que en vez de pensar, se pronuncien en voz alta y que como un milagro divino se conviertan en algo tan real que no es posible sacar todo el partido debido al shock que producen.
algún día os lo contaré, creo que este es el lugar perfecto.